martes, 11 de agosto de 2009

Tenés el cuerpo de la armonía y los ojos de plata, tenés más que mi atención por esa manera tan tuya de manejar las soluciones, un poco más y desde arriba te dan la divina calidad de respuesta. Cuando caminas entre las calles todo es como una salsa o un temblor, parecés un tango limpio, parecés un avión elevándose o un ave de caza sobre el agua. Ponéle el nombre que querás que lo bailo con vos. Podés ser una samba, o una de Carlinhos, si a tu gusto está ser un flamenco o un timbal prometo profesarte mi fe. Mi garota y mi caipiriña, mi licor dorado, mi alma pasada, mi historia presente, mi futuro esperado.
Acá estoy mujer, esperando por una tarde juntos, pasar hasta la noche y consumirnos en la madrugada, estancados en la marea abrazados en una frazada de pasión. ¿Cómo hago para dejar de soñar?
Hace un tiempo nos miramos a los ojos, te mire tan adentro que ya no quiero salir. Sos mi sobrenombre eterno, mi Merlita Monroe, por favor dejáme aunque sea por esta noche ser tu Carlito Marrón, te canto un son cubano, te paseo en la arena y te soplo el sudor, te limpio las malas ideas, te secuestro en mi tambor, te busco la orquesta y te dejo hecha canción.
Mi mulher en Belo Horizonte, mi garota no Rio, vocé conmigo en el país de las voces, de isla en isla coronando reyes, de isla en isla pescando trombones, viajando de invitación a anfitriones.
Dejáme te coloreo la piel, te pinto mejor que al arcoíris para que volés más arriba. Dejáme ser tu mortal decidido, tu sombra enjaulada, tu reflejo oscuro y tu ojo cerrado. Quiero pertenecer a tus lados, que me reconozcas en el horizonte que me escuches en una nube.
Aunque no lo creas sos mi política honesta, mi niña tranquila, mí veintinueve de febrero, mí viento sin tierra, mi relámpago sin trueno, mi accidente sin heridos, sos mí estrella caída, mi otoño verde, mi voz sin eco, mi zancudo paciente, mi brillo nocturno. Aunque no lo creas sos mi reina humilde, mi castillo de madera, mi pantano seco y mi cama sin colchón, porque aunque no lo creas vos también sos mi deliciosa excepción.

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